lunes, 23 de febrero de 2009

General interna



Dormís... En tu aire la confusión; un rugido de moléculas mareadas.
Tu boca depliega el estado más letárgico,
y tus ojos se niegan a dormir para siempre.
Te ves, conociendo historias que no vas a recordar,
en la creación más pura de tu esencia sin nombre.
Dormís, y descubro incansablemente.


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